Esta noche expira el año,
otro ciclo que termina,
como la Semana Grande,
entrando en Santa Marina.
Como muere nuestro río,
cuando a Sanlúcar asoma,
o se recoge en su Ermita,
exhausta la Blanca Paloma.
Cuatro estaciones vividas,
como cuatro sevillanas,
que fuimos bailando sin mas,
por las calles de un real,
sin albero ni lianas.
Y ahora llega un nuevo año,
año que pide la venia,
para entrar en La Campana,
cargado de Amor y Paz,
en su humilde zurrón de lana.
Y volverá a correr el fino,
bajo farolillos naranjas,
se saltaran las rejas del cielo,
en esa aldea tan cercana.
Y todo será como siempre...
con permiso de las ausencias,
que como puñales se clavan,
por mas que los años vengan.
Mi hijo Sergio, autor de este hermoso poema.
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