La Iglesia de la época colonial
americana, en ningún momento condenaba la esclavitud y más de sesenta millones de personas fueron
cazadas en África para servir en América. Ante los ojos de los blancos, todos
eran, sencillamente, “negros”. Había gente de Camerún y Congo, conocidos como
“congos”, estaban los “vénguelas”, de Angola, los “cafres”, de Mozambique y
Madagascar, y los “mandingas”, de Guinea, entre otros.
Parece que ni el papa ni
sus bizarros conocían la biblia o le importaba bien poco lo que dijera, pues en
Gálatas 3:28 hay escrito en la biblia esto: Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en
Cristo Jesús…pero el papa Paulo III en 1548 confirma el derecho a tener
esclavos…
El papa Nicolás V legitimó el
comercio de esclavos en su bula “Divino amore communiti” (por amor divino a la
comunidad), ¿Cómo puede un papa invocar al amor divino ante esa atrocidad? el
18 de Junio de 1452. Por esto el comercio de esclavos fue legal y no causó
ningún escrúpulo en los participantes. en 1452, permitía al rey de Portugal
someter a los sarracenos, paganos y otros infieles, incluso reduciéndolos a
perpetua servidumbre. Pío II, en 1462, amenaza con castigos a los que
esclavizan neófitos, pero no condena el comercio de esclavos. Paulo III en 1548
confirma el derecho a tener esclavos, incluso por los eclesiásticos…
En las tierras descubiertas de
América, tanto los Papas como los reyes de España se oponían a los conatos de
los conquistadores y colonizadores, necesitados de mano de obra, de reducir los
indios nativos a esclavitud. Otras
instituciones, no muy lejanas de la esclavitud, proveyeron la mano de obra
indígena que necesitaban los colonos, como la encomienda y el yanaconazgo; pero
los abusos rebelaron algunas conciencias cristianas como la de Bartolomé de las
Casas y provocaron la importación de esclavos negros de África.
Este libro que escribo, se haría interminable
si me dedicara a traer a colación toda la documentación y artículos que hablan sobre
la esclavitud y no es el caso, solo quiero dejar en cada reflexión constancia
de lo abominable que ha sido el comportamiento de esta y otras Iglesias que se
han aprovechado de estas y otras prácticas ignominiosas…
En este comercio no estaban involucrados sólo
mercaderes, sino que en sus beneficios participaban nobles, grandes familias,
casas reales, obispos, órdenes religiosas, masones... Las condiciones de la travesía eran abominables,
y no pocos negros dejaban en ella la vida. La suerte de los esclavos
sobrevivientes una vez llegados era, lógicamente, variable, según los amos que
los compraban y las tareas a que los destinaban, pero era en general dura y
cruel.
Pero eso no es solo del pasado,
en la actualidad Los “Niños de la Calle” son un colectivo de más de cien
millones (mire bien esta escalofriante cifra) de menores, de entre 3 y 16 años,
que viven solos, sin protección familiar ni social alguna, en condiciones muy
extremas. Debido a su naturaleza vulnerable, están expuestos a ser usados por
mafias de trata de menores para prostitución, explotación laboral y tráfico de
órganos y drogas…nosotros también tenemos nuestra propia esclavitud, por los
mismos motivos que movían a los siglos del
XV al XIX, una aberrante necesidad de muchos seres humanos por explotar
a otros en su propio beneficio…Por lo menos en la actualidad, la Iglesia se ha desmarcado de esas prácticas, algo es algo…pero, ¿Donde estaba Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario