En las carnes y como bronces
gobiernan las lunas revueltas.
Fronteras del frío sin voces
agitan sus aguas sedientas.
Al alba húmeda, soñolienta,
las mudas palabras de goces,
y cabeza como avispero
se mueve con honda paciencia.
Lunas, antojos, bridas sueltas,
manos como mimbres sus roces,
que al mover carnes tal esbeltas
en movimiento hacen feroces.
Lunas solas,siempre a oscuras
donde con éxtasis derogan,
vírgenes al gemido puras
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