cuanta inocencia vertida
con ese mirar de tus ojos
dejas a mi alma rendida.
Cuando te miro me duele
la dureza de esta vida
que no quiero que te alcance
y que nunca salgas herida.
¿Porque no se para el tiempo?
antes de hacerte mayor,
y sepas lo que es el silencio
entre llantos de dolor.
Pero yo hoy a ti te prometo
guardarte dentro de mi alma
justo así como estoy viendo
que es como yo te soñaba.
No crezcas preciosa niña
que en esta vida de abrojos
yo quiero ver esa ternura
reflejándose en tus ojos.
Ángel Reyes Burgos
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