Su nombre se reinventa ,reaparece,
y de días longevos se amamanta,
despierta in situ un nudo en la garganta
con el trinar jovial que Julio ofrece.
Apenas llega luz , ya se embellece,
rompe con su silencio, y grita y canta,
un día más que con clamor se planta
a los pies de un rubor que crece y crece .
Hay miles de aventuras por doquier
que esperan con los brazos extendidos
dejar de ser un bello atardecer.
Mas ¡Ah!, toda aventura habrá que ver
si llenamos de nombres y apellidos
otro mes que nos viene a conocer.
Fotografía y poema : Ramón Bonachí.
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