Me acuesto en silencio y solo
insomne en la madrugada,
quejidos de mi agonía
en mi alma te reclaman.
Tengo tantas ganas de ti...
es tan fuerte mi lamento,
que duermo y por fin sueño
que acabó mi sufrimiento.
Tendida estas junto a mi
abrazándome en el lecho
y las lagrimas se secan
de la angustia de mi pecho.
En mis sueños mil gemidos,
cien temblores de tu alma
cuando en tu pecho cultivo
los sueños de mi esperanza.
Tengo tantas ganas de ti
que en mis sueños te hago río
y navego tus corrientes
para quitarme este frío
que me azota impenitente
si no estas, cariño mio.
Ángel Reyes Burgos
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