Hay sueños que parecen
una hermosa realidad
esos que a mi piel te pegas
y no quiero despertar.
Abrazándome me besas
mi llanto que era tristeza
en los suspiros del alma
se convierte en fortaleza.
Ya las lagrimas se secan
con esos besos de amor
y en el sueño no hay cabida
para tristeza y dolor...
Que soñando yo contigo
durmiendo sobre mi pecho
soy mercader y mendigo
de tu piel en nuestro lecho.
Mercader que no te vende,
regalo besos de amor
mendigando tus caricias
y suplicando el corazón...
Ángel Reyes Burgos
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