Podrán nuestros ojos un postrero día
cerrarse porque la vida nos faltara
pero mi corazón siempre siguiera
ardiendo por ti, aunque en llama fría.
Y seguirás en mi alma bien fundida
aunque la luz de mis ojos se extinguiera
porque la llama del amor, llama viajera
es llama perpetua enamorada...
Que este amor que un día fuera
amor de mirada apasionada
no pierde el brillo en la mirada
y aunque tenga que llegar nuestra partida
seguirá esa luz de fuego erguida
que iluminen nuestras almas ilusionadas.
Ángel Reyes Burgos
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