Cállate, corazón, son tus pesares
de los que no deben decirse, deja
se pudran en tu seno; si te aqueja
un dolor de ti solo no acíbares.
A los demás la paz de sus hogares
con importuno grito. Esa tu queja,
siendo egoísta como es, refleja
tu vanidad no más. Nunca separes.
Tu dolor del común dolor humano,
busca el íntimo aquel en que radica
la hermandad que te liga con tu hermano.
El que agranda la mente y no la achica;
solitario y carnal es siempre vano;
sólo el dolor común nos santifica.
Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,
Que es enfermedad la vida
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte me olvida.
Y os llevo conmigo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.
Aquí os dejo mi alma-libro,
hombre-mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
soy yo, lector, que en ti vibro.
Miguel de Unamuno aprendió sus primeras letras con Don Higinio en el colegio privado de San Nicolás, situado en una buhardilla de la calle del Correo.22 En las catequesis preparatorias para la primera comunión, en la iglesia de San Juan, conoció a quien, andando el tiempo, sería su novia y esposa: Concepción Lizárraga, Concha...Para saber más pulse aquí.
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