El vulgo comúnmente se aficiona...
El vulgo comúnmente se aficiona
a la que sabe que es doncella y moza,
porque así le parece al que la goza
que le coge la flor de su persona.
Yo, para mí, más quiero una matrona
que con mil artificios se remoza,
y, por gozar de aquel que la retoza,
una hora de la noche no perdona.
La doncella no hace de su parte,
cuando la gozan, cosa que aproveche,
ni se menea, ni da dulces besos.
Mas la otra lo hace de tal arte,
y amores os dirá, que en miel y leche
convierte las médulas de los huesos.
Soñaba una doncella que dormía...
Soñaba una doncella que dormía
con un galán que amaba tiernamente,
y que en él todo andaba diligente
y descuido ninguno no tenía.
Ella, aunque mal al fín se resistía,
diciendo:¿Qué dirá de mí la gente?,
en efecto cumplió con su accidente,
dando los dos remate a su porfía.
El galán la besaba y la abrazaba
con más calor que un encendido leño;
lo dulce a derramar no comenzaba,
Cuando se despertó y le dijo al sueño:
¿Durar un poco más, qué te costaba,
pues para mí era gusto no pequeño?
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