Que falta le hacen
Qué falta le hacen tus mejillas suaves
a las caricias leves de mis manos,
igual que en los floríferos veranos
requieren de los árboles las aves.
Qué falta le hace tu mirada tierna
de mis ojos al iris sitibundo,
así como conforta al moribundo
la fe de que lo espera vida eterna.
Y los candentes besos de mi boca,
cómo precisan de tu rostro suave,
igual que entre las aguas ya sin nave
necesitan los náufragos la roca.
Cómo le falta en pasional pareja
tu cuerpo a mis románticos abrazos,
como el triunfo hace falta en los fracasos,
como requiere flores una abeja.
Me encanta
Cuando tu rostro entre mis manos preso
lo contemplo tan cerca de mis ojos,
al declamar un recital de antojos
me provoca un romántico embeleso.
No puedo sostenerme y me tropiezo
para caer de amor hecho despojos,
al paraíso de tus labios rojos
en donde dejo mi extasiado beso.
Tu mirada serena y amorosa,
como caricia celestial ¡me encanta
y tu sonrisa mágica de Diosa.
No sé por qué, no sé, pero ¡me encanta
tu pelo que tan lacio se alboroza,
tus facciones, tu piel, todo, me encanta.
Es muy frecuente, también, el soneto en la obra de los autores de la generación del 27, sobre todo en Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti; García Lorca cultivó esta forma en sus Sonetos del amor oscuro...Para saber mas pulse aquí.
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