En algún lugar del mundo,
mientras tu desfallecías,
un hermano en lo profundo
rezaba con valentía
y ahora que todo pasó
y el valor has recobrado,
le devuelves la oración
por la Fe que Dios te ha dado.
Rápida va la corriente
de este río su caudal
crece conforme la gente
va luchando contra el mal;
sus aguas llevan amor
y van apartando el odio;
crecen formando un clamor
que llega hasta el Purgatorio.
Atrás quedan los momentos
de angustia, de soledad,
sabiendo el ánimo cierto
que te infunde esta verdad:
aunque el futuro sea oscuro,
habrá alguien siempre rezando
y experimentas seguro
la comunión de los santos.
José García Velázquez
Escribo casi todos los días y de cualquier cosa de la vida diaria me sirve para la inspiración. ¿No es para estar agradecido con Dios?
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