¿Qué vuelve tan hermosos a tus ojos,
voy siempre preguntándole a las nubes?
¿ Se los quitaste acaso a los querubes
para darle en tu rostro sus alojos?
¿O es la sonrisa de tus labios rojos
la que en complicidad tan femenina
a tus miradas hondas ilumina?
¿O es que tu rostro así ya es todo bello?
tu pelo, tus sonrisas, ¿es por ello
que el mirar de tus ojos me fulmina?
Yo le entregué una rosa que llevaba
el infinito amor que me incinera,
sin una espina que al dolor esclava
su mano lastimarla pudiera.
Así se la entregué porque la llevo
unida a mi existencia como hiedra,
y aunque en la copa de sus labios bebo,
por esta flor, me devolvió una piedra.
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