El otoño con su magia
ha dorado verdes hojas
y dejado sus destellos
en las grietas de las rocas.
El heno se ha recogido,
campa sin apenas ropa,
con un cielo algo mas bajo
que oscurece antes de hora.
Son mas ocres las colinas,
y mas escasas las sombras,
hasta se pierden las sendas
porque las tardes son cortas.
Alocada la hojarasca
advierte a la mariposa,
y le confiesa que el tiempo
lleva perfume a derrota.
El sol va perdiendo brillo
entre las antenas sordas
que con sus grises figuras
rompen esquemas y normas.
Mientras envuelto en la lana,
porque el invierno me ronda,
le confieso a mi otro otoño